Personajes «secundarios»: eres «Mosita viea» por no pagar 6 € de más, va por libre, absorto

La frase no es mía, la oí a Javier Ruibal: «Me interesan los personajes secundarios«. Desde el primer momento, hace muchos años que lo escuché cantar recitando, este hombre me cautivó porque su música es poesía y representa todo aquello que nos magnifica como andaluces.

A la restricción del flamenco como arte puro, se opone la comedia que muchas veces representan sus sucedáneos. Uno puede ser andaluz, exponerse y sondearlo por los cuatro costados sin caer en el «tipismo». No amigos, este hombre no es andaluz, no es flamenco, no es músico, no es cantautor, no es poeta, no es artista, es todas esas cosas elevadas a una categoría que han alcanzado unos pocos, Triana, Lorca, Alberti, Carlos Cano

Y con cierta música esto es muy difícil porque lo más simple es coger una guitarra flamenca y presumir de todos los petardos que te fumaste aquella tarde con el calvo de turno. La personalidad de Ruibal excede lo andaluz. En literatura, algunas de las grandes obras de la humanidad, tenían un carácter local que se convirtió en universal, y así es la música de Javier Ruibal, va por delante de todos pues representa la Vanguardia del poeta, y la poesía nunca pasa de moda.

Salvando la distancia, también a mí me interesan los personajes secundarios, también me interesa la poesía no la rima:

ABSORTO

A través de un haz rubio de luz,
regalo de este benévolo otoño
que cruza en diagonal la sala,
partida en dos, claro y oscuro,
hay un vaivén de motas suspendidas,
un flujo dorado de asteroides
ingrávidos, minúsculos planetas
que muevo a voluntad de un manotazo
cual doméstico creador alucinado
de ínfimas novísimas galaxias,
volutas celestiales de mi cuarto,
agujeros negros momentáneos.

Y quedo absorto y fijo en este juego
como absorto quedaría Dios
si acaso fuese un ser
a mi imaginación y semejanza.

(de Coraza de barro, escrito por Javier Ruibal)

Y tengo ganas de contar la anécdota, que explicaré detenidamente en otra entrada. En su época parisina, Roman Polanski y yo salíamos casi todas las noches; cuando estábamos rodeados de moscas y pulgones, en la cima del éxito una vez, no quiso pagar 6 euros de más a un camarero y le dije (con mi acento y aire «malaguita»), amigo Roman eres «mosita viea» , no te quedarás para vestir santos, ebrio de poesía: De lo dicho sin pensar / de lo que callo y no digo / de las cosas por pasar / de las trampas del azar / de las cartas del destino /tengo un lápiz colora’o / con un librito guarda’o / para escribirlo contigo (Para Llevarte a Vivir, Jabier Rubial).

Sólo entonces sacó la chequera, pues sabía que lo bello le iba a salir gratis. Absorto me deja todo el que va por libre y puede pagar, de más, 6 euros.