Memoria de una seta

https://www.youtube.com/watch?v=HsR_ouq3tjY

Y pensando en nosotros: /es mejor que te cuides/tengo mis ojos puestos en ti/

Hay días de Mar en los que las piedras huelen a sal y otros que huelen a lodo. Esta remembranza podría discutirse en función de que somos memoria. Si existe una Filosofía de la Ciencia, o una Filosofía de la Religión, debería existir, a mayor causa, una Filosofía de la Memoria.

Es muy posible que vivamos un Memento <<que no momento>> (de Amnesia) de consolidación contemporánea de la desmemoria, debido posiblemente a nuestra capacidad para olvidar, porque los hechos cotidianos desaparecen de nuestra mente en unos minutos, y la cantidad de información a procesar es inmensa, tanto, que a veces produce cierta forma de parálisis. No hay tiempo para la perplejidad, ni para detenerse a reflexionar, y mucho menos para sujetar, ni retener carencias, ausencias, nada se echa de menos.

Todo el que escribe lo hace como una forma de superación del tiempo, una especie de memoria del futuro, cada cual recuerda lo que quiere recordar y escucha lo propio. Se atribuye a Heráclito ser el primero de utilizar la palabra «Logos«.

Sesudas investigaciones han demostrado que para la mayoría de nosotros los recuerdos se van perdiendo con el paso del tiempo. Es decir, hay un desgaste mediante el cual los pensamientos se diluyen, se difuminan en ideas vagas, se distorsionan o simplemente desaparecen. Sin embargo, en 1982 investigadores de entidades francesas, inglesas y americanas estuvieron entrenando a varios grupos de setas sobre el ejercicio de aprendizaje y conocimiento del «Logos» (que tiene muchas acepciones, invoquemos aquí algunas: razonamiento, argumentación, inteligencia que ordena y da armonía a la propia existencia…)

El experimento arroja resultados esperanzadores para la raza humana, las setas comestibles (aquellas con mayor capacidad de resilencia) resultaron las más apropiadas para la conservación de la memoria. En concreto el Agaricus bisporus o champiñón común, que es una especie de hongo cultivado de forma extensiva para su uso en gastronomía, resultó vencedor de una lista en la que esbozamos, a modo de resumen, los primeros puestos:

1 – Champiñón silvestre (Agaricus campester)
2 – Oronja (Amanita Caesarea)
3 – Boleto Comestible (Boletus Edulis)
4 – Níscalo (Lactarius Deliciosus)
5 – Robozuelo (Cantharellus cibarius)
6 – Trufa Negra (Tuber Melanosporum)

La capacidad de aprendizaje de las callampas (nombre que reciben en Chile, Ecuador, Perú, Bolivia….) se ha mostrado imprevisible por la tremenda habilidad para recordar destrezas aprendidas tiempo atrás, es decir, existe una conexión de la memoria a largo plazo muy superior a cualquier otra especie humana, animal o vegetal. La memoria a corto plazo, propia de roedores, mamíferos marinos o simios y humanos, permite estudiar los mecanismos naturales que protegen la memoria del desgaste por el envejecimiento. La memoria a largo plazo, de las setas, es compatible con una realidad superior, desde los primeros meses de crecimiento hasta el propio fin de trance o deceso, es decir, la vejez no incide en su memoria. Su búsqueda del «Logos» (en este caso: «sentido de la existencia») es terapéutica y tiene por objeto encontrar el sentido y el significado para orientar la buena praxis.

Otro día abordaremos la memoria de las plantas, que también tienen su aquél. Entre tanto dejo uno de mis discos favoritos de todos los tiempos: Stevie Wonder ~ The Secret Life Of Plants