Algunas frases para una intrahistoria del rock. No te olvides de dar las gracias a «tu batería» antes y después del concierto.

No creo, y esto es una opinión muy personal, que un músico «en su madurez» pueda andar demasiado lejos del Rock, del Blues, y del Jazz. La triste noticia de la muerte de Charlie Watts (gran amante de estos estilos) ha hecho que me acuerde de todos los baterías con los que he tenido la suerte de tocar; para algunos el baterista es un músico que, o es una estrella, o es un mero acompañante; no estoy para nada de acuerdo, siempre he entendido que su actuación ha sido fundamental para el correcto desarrollo de la banda. Sé que un músico no es una frase, pero me he venido acordando de algunas bastante lapidarias y significativas que reflejan la personalidad de los músicos, sean meros intérpretes, acompañantes, autores o simples virtuosos (a veces de pesadilla).

No es que sean especialmente santo de mi devoción, pero «bebe zumo de bellota, idiota» es una de mis oraciones preferidas, hasta el punto de que está tan de moda que haría falta que más de uno se lo tatuara en el cuerpo con el presente de indicativo; para mi gusto de la época más interesante de Extremoduro cuando no estaban demasiado lejos de Eskorbuto, una banda (esta sí) que siempre me pareció de lo más significativa en su contexto (y si no escuchen Anti Todo, 1985).

Y precisamente se atribuye a Charlie Watts el ‘puñetazo en la mandíbula’: «No soy tu baterista, tú eres mi maldito cantante«. En este sentido debo decir que el batería nos ha salvado el culo en más de un concierto, y que efectivamente me he sentido arropado en muchas ocasiones con un simple «tira palante que yo te sigo».

Un personaje bastante especial al que no voy a alabar el gusto por determinadas cuestiones, marcó mi juventud con una frase que llevé durante algún tiempo a rajatabla: «toca y toca hasta que te sangren los dedos» de Ted Nugent, obviamente prefiero quedarme con su música, y con sus consejos sobre la guitarra.

Miren, a nivel «local» me parece sumamente interesante la reflexión de El Zurdo: «La libertad ofende«, a la que tuve el gusto de responder «sólo a los tontos y a los mediocres» que ni la completa ni la mejora. La libertad es uno de mis temas favoritos, porque tiene un precio que pocos están dispuestos a pagar.

Y siguiendo con lo «autóctono», Conde suele completar su muro de elegancia y estilo con acertadas reflexiones micro que se convierten en macro: «La provocación siempre ha sido un buen negocio y el mejor detector de tontos que existe, el tonto que se ofende siempre pica y además lo hace gritando mucho«. Sólo falta sumar el apéndice de un querido amigo, que alude a que con alguna gente siempre sale el tema de «la envidia«, <<es que me tienen envidia>> es lo más imbécil que he escuchado nunca ya se sabe «la imbecilidad es el don de los imbéciles«.

Continuando con lo más cercano, sigo la magnífica web de Natalia Eseverri Cobos, porque me gusta lo que escribe y cómo lo escribe. De las muchas reflexiones que acompañan a sus textos me quedo con esta, con la que me siento terriblemente identificado: «Y seguir aprendiendo…y seguir cambiando de opinión por ello«. Uff, yo es que soy como el Guadiana aparezco y desaparezco, hoy pienso una cosa y mañana lo contrario, ya traté de explicarlo con esta canción.

Bowie tiene una literatura repleta de frases y letras descriptivas y retóricas: «Todo se aprende del fracaso«, «Me he dado cuenta de que no tengo ni idea de lo que estoy haciendo la mitad del tiempo«, «Yo puedo cambiar de forma de pensar con mucha frecuencia«, «La religión es para la gente que tiene miedo de irse al infierno. La espiritualidad es para aquellos que han estado ahí«…

Para no alargar esto, que podría ser eterno, voy a permitirme un pequeño homenaje a los muy queridos baterías con los que he tenido la suerte de participar en algún grupo (de forma más o menos regular).

Comenzaré con Gaby Beneroso, en realidad no es batería pero sólo quiero indicar que haga usted la prueba de programar una caja de ritmos de los 80 y luego escriba un post para hablar sobre lo que sabe. Su aportación en Seis Siglas fue fundamental en muchas asuntos que eran tan importantes como la propia música.

A José Antonio Olea, uno de los baterías con más pegada que conozco, no voy a decirle nada porque me faltarían palabras. Si acaso, dar las gracias por tan buenos momentos y por «aguantarme en pequeñas dosis» en tantos proyectos (Cubiertos, Remolques, Un Ruido Llamado Ángel, Fractal Noise, … los que vengan…)

Ya escribí sobre Oti, y no deseo comentar ni añadir nada más por respeto, probablemente una de las personas que supo mantener en el tiempo sueños y visiones. Mi época en La Costa fue de aprendizaje sobre cómo ser un profesional. Gracias sinceras por tu maestría y buen humor.

A Bertu, sólo puedo decirle que siga dando vueltas con ese gran corazón que tiene, no deseo nombrar el grupo que compartimos porque duele pensarlo. Tengo el mejor de los recuerdos y estoy seguro que algún día completaremos juntos, con alguna historia divertida y apasionante, lo que quedó parcialmente inconcluso.

Theodore Graves no se entiende sin Emilio Mula, que lo sepáis. En muchos sentidos, incluido el profesional, Emilio nos ha enseñado un camino cuando otros ni tan siquiera andábamos a gatas. Y sobre todo ha venido demostrando que hay algo más importante que la lógica: la imaginación.

Kiko es un amor de persona. En casa le queremos mucho, y también en «The Cigar Box Blues Band«. Y es que es imposible no quererle cuando además lo ves llegar con un auténtico «Ángel». No es por las risas y los ratos de esparcimiento, es y será por su actitud tan positiva que nunca olvidaré, y por ese humor tan especial que compartimos durante cierto tiempo.

Para Antonio Sierra sólo tengo palabras de agradecimiento, pues me ayudó de forma desinteresada en un tiempo en el que sólo los valientes se atrevían a sumar en una historia que ni era ni es para todo el mundo. A veces siento que tengo una deuda pendiente, no sólo con él, sino con el resto de personas que colaboraron en Androgenia Pop.

Jo… a veces tocas poco tiempo con alguien y le tomas mucho cariño, es el caso de Carlos Castilla en Agreste. Para mi gusto en los últimos años el grupo que más me ha hecho evolucionar y reflexionar sobre la música. Ahora veo que se me hizo corto.

A ver, Jato Gómez es uno de los baterías más profesionales que conozco. Vale lo mismo para un roto que para un descosido. Un tipo muy simpático y un trabajador incansable, con el que tengo muchas ganas de seguir trabajando en un futuro cercano.

Ricardo Texidó nunca fue «mi baterista«, ni falta que hace. Que sí, que es un tipo poliédrico y puede que no para todo el mundo (demos gracias a Dios por ello). Voy a resumirlo todo con esta frase, estuvo ahí cuando me hizo falta, y nunca sé si luego yo he estado a la altura de las circunstancias. Espero tener la oportunidad de estarlo.

Pedro Gutierrez Martínez. Te dejo para el final, no por nada, más que todo, por un tema cronológico. Alguien que bien merece su propia Rapsodia (ya la estoy componiendo). Tiempo ha debiéramos habernos conocido, pienso que en la vida las cosas llegan cuando tienen que llegar. Nada se entiende ni se comprende hasta que encajas en algún sitio sin buscar situarte en ninguna parte. Y así me siento yo con mis compañeros de la Cigar, dispuesto, impermeable, agazapado, esperando el momento de decir aquí estamos. Y cada vez siento más de cerca el «Palustre Tour 2021/22«.

Gracias a todos.