La estrella más lejana ya no existe, ¿o sí?

La estrella Eärendel, bautizada así por un poema de Tolkien, existió cuando el universo era joven, pero desapareció tras una gran explosión. Sin embargo, su luz ha viajado 12.900 millones de años hasta ser detectada ahora en la Tierra

Noticia leída en eldiario.es

La prueba de vida más exultante a la que una persona puede someterse es precisamente la no-muerte, si la luz de una estrella puede viajar 12.900 millones de años hasta llegar a la Tierra, también yo he pensado a veces que nuestros seres queridos están vivos en alguna parte, en forma de reflejo, como una especie de salto en el tiempo; y que deben estar bien, pues, como dijo la persona que más quiero en el mundo, deben estarlo porque nadie vuelve.

Pero no sólo nuestros seres queridos, también nuestros pensamientos, nuestras ilusiones y pareceres están flotando de alguna forma por el Universo, y terminan rindiéndose en algún momento para dar forma a una nueva «Verdad«: Alicia es un nombre propio femenino de origen griego que proviene del griego antiguo Αλήθεια (alétheia), que significa precisamente «Verdad». Verdad y Vida son la misma cosa.

Y más bien imagino a los no-muertos vigilándonos con su telescopio, como si de alguna forma pudieran empujar con su aliento, pues para muchos de nosotros la estrella más lejana es la que tenemos más cerca, la forma del Amor, que tiene muchas configuraciones y apariencias. Los modos son destellos a veces arte, a veces cuento, ahora mismo siento que me están mirando a miles de kilómetros de distancia y me están empujando, lo que no sé muy bien es, hacia dónde. Y caen en no cualquier parte.

Lo que me da miedo es «el espectro, es decir, la huella digital de una estrella, afirman algunos que nos dirá qué edad tiene, hace cuánto que nació, cuánto tiempo de vida tenía cuando se emitió la luz que vemos ahora, su metalicidad o los elementos que la componen”.

Y estoy seguro que en esos cúmulos de estrellas, incrustados de alguna forma en las Galaxias, un día pereceremos, centelleantes e ilesos, radiantes y ecuménicos. Ya me estoy viendo fisgando por la mirilla, enviando besos al aire, desviando recuerdos, apreciando lo que tuve y quise seguir teniendo, lo que de alguna forma es mío a la par que todos los músculos del Cosmos: … Puedo escribir los versos más tristes esta noche / Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.» (Pablo Neruda). Pero mientras tanto la vida es verso, una Ópera de Puccinni o sentir tu cuerpo cada mañana, y con eso me conformo, que no es poco. Ya brillaremos, irradian los rostros, resplandecen los elementos, fulgurantes días se comen a las noches devorando todo aquello que fuimos y que somos, como sigue el relámpago al trueno… Y así fue como le dije a Zeus, que bajase del Olimpo.