Una cigarra que vivía enjaulada, pidió una vez a Zhuangzi que le aumentara su jaula, quería establecerse en un sitio más grande. Aunque vivía en un extenso bosque de castaños, le gustaba permanecer confinada en su pajarera. A pesar de que la puerta siempre estaba abierta, jamás se aventuraba a salir, únicamente pensaba en una nueva vida, en lo que significaría subsistir con más espacio, es imposible vivir sin creer en nada <<argumentaba>>.
Soñaba convertirse, cada noche, en un amuleto de jade. Ya se sabe, para los Chinos, el canto de la Cigarra es música y a la Cigarra le gustaba cantar. Las “canciones” resonaban flexionando sus timbales, unos órganos similares a un tambor que se encuentran en su abdomen. Estos pequeños músculos van tirando de los tímpanos hacia dentro y hacia fuera, de manera que el sonido se intensifica gracias al vientre, que en su mayoría está hueco.
17 años estuvo viviendo bajo tierra, nutriéndose únicamente de las raíces de los árboles, por eso al verse ahí, arriba, en las copas, se pensaba inmortal. Pero necesitaba más espacio.
Pero un día llegó el Emperador, deseoso de ostentar los mejores, trajes, de mostrase y exhibirse. El emperador era viejo, contaba con 99 años. Durante la jornada comió copiosamente, a la digestión pesada, sucedió una intoxicación, y a las 9 horas del mes 9, del día 9, cayó muerto delante de la Cigarra.
Siendo que, en la tradición China, el nueve (九, jiǔ): es un número afortunado (suena como “久” (jiǔ), que significa “eternidad” en chino). Y a pesar de estar ligado a la longevidad, Zhuangzi tomó prestado al insecto, primero como molde, para decorar la túnica del Emperador y cumplir de esta forma la tradición. A falta de fetiche terminó colocando a la Cigarra bajo la lengua del cadáver. De esta forma pasó la Cigarra de ver cada día la Luz del Sol, a brindar por la inmortalidad y el renacimiento.
Ya se sabe,“Mientras la mantis atrapa a la cigarra, el arrendajo está justo detrás”. Y en eso consiste precisamente la guerra, en que el ciclo natural de una especie depreda a la siguiente. Sólo que en este caso, el pájaro, tiene el sobrenombre de Libertad, y bajo la misma se justifican todo tipo de atrocidades.
