La canción más bonita del mundo

En el año 1986 mi único objetivo en la vida era escribir la canción más bonita del mundo, así de simple. Si tienes 17 años, te gusta componer, y tu intención no es esa, deja la música. La Biblia eran Simple Minds, The Smiths, y , más tarde, Prefab Sprout.

A fe mía que conseguí ese propósito muchas veces, tantas, que durante una época no supe pararlo. Mi querido Mario Paniagua dijo una vez: «Villa, ya sabemos que las cancioncitas Pop las haces muy bien, haz otra cosa io«, eso sólo lo hace un auténtico amigo. Aquello me hizo reflexionar, y me ayudó a componer cosas muy distintas y a entender la música como un viaje y como un continuo aprendizaje.

Luego he sido duro con algunos camaradas (con menor suerte en el resultado) cuando me han pasado maquetas y discos y les he dicho «tío, llevas más de 30 años con la misma canción», y claro, no te haces muy popular.

También me he sentido ayudado cuando otro querido amigo, Javier Díaz, comentó en cierta ocasión que tenía una sorprendente capacidad para hacer cosas muy distintas y que sonaran dignamente, como es amigo dijo «dignamente»…. ahí lo dejo 😉
Aclaro la licencia literaria. Esto sólo es posible si… sientes mucha curiosidad, hay necesidad y ganas de aprender, de tomar la iniciativa, si se tienen las ideas claras, y sobre todo: sabes rodearte de la gente apropiada. Solo, hubiera sido imposible.

Sin embargo cada vez encuentro más meritorio aquellas personas que han sabido mantenerse en cierto estilo musical, deben ser como aquellos que se levantan/levantamos todos los días a las 5 de la mañana para trabajar, al final lo tomas por costumbre. La cuestión es fácil, voy a mojarme: si con 18 años no eres comunista tienes un problema, si con 50 sigues siéndolo, tienes una patología (lo mismo llegan palos por to los laos; ya sabéis que nunca me pronuncio políticamente, los íntimos conocéis el sentido del humor de este blog, y que hay que poner un poco en duda todo y reírnos juntos de lo divino y de lo humano; pido disculpas si alguien se siente herido, otro día golpeamos por el otro extremo que tengo mucho que contar, ciertamente).



El gran Antonio Sierra me ha prestado varias veces una frase robada, «he estado en dos tipos de grupos: malos y muy malos» a lo que yo debo añadir que he tenido la suerte de tocar y toco con algunos de los mejores y más creativos músicos de Málaga, por lo tanto, toda la culpa de lo que no haya salido bien (en momentos puntuales) es exclusivamente mía. Sé que todos sabrán disculpar la broma, bueno eso creo 😉 Eso, o definitivamente tendré que impulsar mi carrera solista.



Y profundizando un poco en Seis Siglas, la primera banda con la que toqué en directo (tuve algún chascarrillo en una boda en un grupo que estaba únicamente compuesto por 3 guitarras !!!). Seis Siglas era la banda más rara del mundo, en directo caja de ritmos <<uff ni os cuento lo que era en esa época llevar una, era peor que tener a un barbas en el grupo>> (siento de nuevo el robado de otra frase del genial José Ojeda). Un cantante (primero Eugenio Pastrana, luego Miguel Paredes), un pianista (Antonio Salido), bajista (José Antonio Jiménez), caja de ritmos (Gaby Generoso) y yo mismo al guitarreo y las vocecitas varias.



Estos tíos eran, en conjunto, el grupo de personas más creativas que me he encontrado nunca, y es que prácticamente todo el mundo componía y arreglaba, había «peleas» para ver la canción que sacábamos adelante. De hecho, uno de los motivos de mi salida fue que yo quería tocar solamente mis canciones, eso, y que yo decía que quería hacer canciones, música, y no otras «modernidades» (pensaba… menos caja de ritmo y más guitarra, quería rodearme de menos tecnología y mira ahora..), vamos, un niñato total, lo que era.

Tengo muchos recuerdos bonitos de aquella época, el Orujo en casa de Gaby, los conciertos en Antequera, los ensayos en los almacenes/locales «Dori»; vienen a mi memoria sensaciones muy gratas cuando actuábamos en el «TDCO». Por allí andaban siempre Tabletom, que me dejaban sus guitarras y sus Amplis porque mi equipo daba pena (una lección que aprendí de esta gente es la atención que prestaban a nuestra actuación, a fin de cuentas éramos unos niños que no sabíamos tocar pero que hacíamos unas cosas muy raras para la época, pero te trataban con un respeto y bondad que nunca, nunca olvidaré) <<y como muestra de esa rareza…un botón, más abajo algunas de las maquetas>>.

Seis Siglas obtuvo un montón de premios, y cantidad de reconocimientos, que no merecen la pena ser recordados; tocamos mucho, incluso fuera de Málaga (algo inaudito también para aquellos tiempos para una historia tan minoritaria). Cuando el pianista no quiso venir a un concierto a Córdoba, aduciendo que «hacía mucho calor» (obviamente, era verano, y Agosto, no te fastidia…) seguimos con el formato de cuarteto: caja de ritmos, guitarra, voz y bajo: y aquello era demasiado para esos años y casi nadie lo entendía: ni todas las canciones seguían un orden convencional (estrofa-puente-estribillo), ni se usaban los instrumentos de forma habitual (muchos acordes de guitarra, arreglos raros <<percusivos>>, el bajista no paraba… por no hablar de las letras), tampoco nuestra estética era muy común (llegué a tocar descalzo, con un sombrero Cordobés y hasta con una falda-pantalón y era muy habitual que fuéramos pintados).

En el estudio hicimos cosas chulísimas (teniendo en cuenta la época): fue la primera banda en Málaga que grabó un «scratching«, de los primeros en usar «Samplers» y que incluso se atrevió a rapear en un tema. Cuando fuimos/fueron al mítico programa de Televisión Española «Cajón de Sastre» yo ya estaba fuera, pensando en el Rock and Roll de Los Cubiertos. Quería seguir aprendiendo, tocar otras cosas. Pero esa es otra historia…

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