El árbol viejo: Secretos de y por este Edén

Es sabido que los viejos árboles, que no significa lo mismo que los árboles viejos, acumulan gran cantidad de dióxido de carbono, lo que evita el calentamiento global del planeta.


Por eso, cuando se corta un árbol, la quema y la putrefacción de sus ramas, liberan ese compuesto de carbono y oxígeno, antiguamente llamado anhídrido carbónico.


Los árboles jóvenes, por interminable que sea el bosque, no siempre cumplen la misma función, es decir, por muy extenso que sea el bosque no presentan (por momentos) esa capacidad de regeneración y enfriamiento de la Tierra.


Yo amigos, me he sentido o me siento, cada vez más un árbol que se pregunta (como en la poesía de mi adorado Mario Benedetti) si soy o he sido demasiado solidario. Y de árbol a árbol os digo que puede que haya pasado tanto tiempo tratando de «hacer felices» a los demás, que me olvidé de mí mismo por momentos, digamos que nadie me avisó de que tratar de no molestar a ninguno genera cierta angustia, y conlleva errores de no ver lo más obvio, apreciar y atender lo más cercano, distinguir el árbol del bosque.

Los árboles
¿serán acaso solidarios?
¿digamos el castaño de los campos elíseos
con el quebracho de entre ríos
o los olivos de jaén
con los sauces de tacuarembó?

¿le avisará la encina de westfalia
al flaco alerce de tirol
que administre mejor su trementina?

y el caucho de pará
o el baobab en las márgenes del cuanza
¿provocarán al fin la verde angustia
de aquel ciprés de la misión dolores
que cabeceaba en frisco
california?

¿se sentirá el ombú en su pampa de rocío
casi un hermano de la ceiba antillana?

los de este parque o aquella floresta
¿se dirán de copa a copa que el muérdago
otrora tan sagrado entre los galos
ahora es apenas un parásito
con chupadores corticales?

¿sabrán los cedros del líbano
y los caobos de corinto
que sus voraces enemigos
no son la palma de camagüey
ni el eucalipto de tasmania
sino el hacha tenaz del leñador
la sierra de las grandes madereras
el rayo como látigo en la noche?

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Una banda con alma de cohete sin retorno

En las aguas termales de Bossoleto, localidad próxima a Rapolano Terme en la Toscana (Italia), ubicada en una depresión con forma de cuenco que tiene unos 100 metros de diámetro, las concentraciones de CO2 suben más del 75 % durante la noche, algo más que suficiente para matar insectos y animales pequeños. Después del amanecer el gas se dispersa. Podría decirse que en cierta forma vuelve la vida.

Y sobre Árboles Viejos, que no arcaicas ni deslucidas poses, acerca de los que guardan el dióxido de carbono para liberar con mayor profundidad ese espíritu silvestre que nos mantiene vivos. En oposición a otros que subtitulan sus canciones con amargas y decrépitas «retroalmientaciones» que ni llevan a ninguna parte, ni tienen sentido alguno; frente a ellos están los que perserveran. Me explico, Usualanimal es una banda con alma de cohete sin retorno, cada canción es como aplicar hielo seco en la herida, como descubrir un nuevo combustible.

De Árbol a Árbol te digo que somos más previsibles de lo que parece, que la acidez de cuajar lácteos puede dar sabor a la industria musical con sujetos anclados en el Big Data, puede que con árboles más jóvenes, pero al final lo que cuenta es la deforestación, la quema de biomasa (y la están quemando a borbotones). Al igual que hay agricultores que arden la tierra para después sembrarla, hay músicos que se olvidan que el suelo es el único recurso que puede ser dañado de forma irreversible tras un incendio, y tal vez por eso viven en las nubes.

Quemar antes o después de leer, lo dejo a su gusto. Eso sí, enciende un sueño y déjalo arder en ti (Shakespeare). Aprendan, aprendamos de los que pisan tierra.

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