Autocontrol

La novela de Thomas Crawler «Dystopia From Inside«, (1955, A Noise Bookshop ), narra una sociedad distópica en la que nadie trabaja ni sale de casa. Todo el mundo es alimentado por Papá Estado, los seres humanos se comunican de forma virtual: mediante pantallas que se denominan «sinápticas» (por asociación de neurona a neurona). Lo dominante es un pensamiento único que establece que la libertad consiste en la capacidad para pensar en soledad, y que la sociedad (tal y como la veníamos conociendo) había sido una especie de tributo a la «soledad común» que distorsionaba nuestra naturaleza, hasta el punto de encontrar soluciones en ídolos, héroes y dioses.

La religión dominante es pues el culto a uno mismo, y sobre todo, la necesidad imperiosa de no ver a nadie para no «contaminarse». Aquello que se denomina «redes sociales» carece de sentido en ninguno de sus términos. Las personas necesitan de permisos especiales para salir de casa, casi siempre tienen que ver con motivos médicos, pero está completamente prohibido visitar a nadie y mucho menos planificar cualquier tipo de viaje. En la novela, el protagonista, sueña cada día con ir a la playa, y se despierta con la intención de hacerlo, hasta que se da cuenta de es imposible y permanece inmóvil y callado durante horas.

Se cuenta que las primeras generaciones, acostumbradas a la libertad de movimiento, vinieron sufriendo ansiedad y estrés debido al inicio del confinamiento que el gobierno decretó una vez agotados los recursos económicos, tras una debacle poco clara. Las personas iban muriendo por agotamiento, depresión y debido a las enormes tensiones provocadas por el aislamiento, hasta el punto que muchas perdieron la cordura, y por ende, la capacidad de análisis para distinguir entre el bien y el mal, comenzando primero a establecer discusiones diarias que se tornaron en violentas confrontaciones que provocaron, finalmente, un enorme estallido social de violencia y sangre.

Un organismo mundial, decretó entonces una primera fórmula de control, que consistía en eliminar cualquier sistema de comunicación, destruyendo todo tipo de equipamiento que permitiera una cobertura a nivel de transmisión del más mínimo conocimiento: desaparecieron también, los móviles, Internet y la Banca, y la economía pasó entonces a ser un asunto de Estado en manos de unos pocos que dictaban normas para el bien común y recogían aquél viejo lema Laissez faire et laissez passer, le monde va de lui même; «Dejen hacer y dejen pasar, el mundo va solo» cuando la verdad es que estaban tramando una solución de tipo intervencionista.

La gente se sintió engañada no sólo por la falsedad del emblema, sino también porque el tiempo vino a demostrar que la solución aportada iba a ser más compleja que los simples enunciados de la clase política, talmente ocupada en resolver primero sus asuntos, con sus consignas partidistas y con una descarada defensa de sus intereses de particulares.

Y hasta aquí amigos llegó la diáspora, porque fue entonces que un hombre, un simple hombre, nuestro protagonista, JJ Miles, expuso una teoría revolucionaria que predicaba una sola cosa: para romper barreras hay que querer romperlas. JJ fue el primer hombre que abrió la puerta y salió a la calle, descubriendo que no pasaba nada cuando no queremos que pase, y que en la naturaleza humana está la capacidad de curación tanto individual, física, como espiritual. Y lo llamó AMOR, cuando pudo haberlo llamado, DIOS, Vibración, comunión, e incluso sexo: únicamente trataba de reivindicar aquello que nos hace humanos, demasiado humanos. Y sólo entonces el mundo volvió a ser lo que era, con atardeceres rojos, paisajes, caminos, fiestas… y tuvimos de nuevo futuro aunque para ello se debió suprimir a la clase política y emerger, cual Ave Fenix, una nueva clase dominante, la de los que tuvieron la capacidad para no eliminar los recursos dedicados al aislamiento. La vida era entonces un ejercicio de Autocontrol, el más bello de los desiertos conjugó la esencia de lo mundano con lo espiritual naciendo un nuevo hombre: el músico. Nos salvará la belleza <<decía J.J. Miles>>, nos salvará la belleza.

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Autocontrol de sonido mental
Autocontrol de paisaje sonoro
Autocontrol gestión de la verdad

Paso las hojas, desaparezco,
leo noticias todas son verdad
entre las hojas, desaparezco
miedo irreal

Autocontrol en el mensaje
Autocontrol en la noticia
Autocontrol, remedio ideal
Para que otros piensen por ti

Paso las hojas, desaparezco,
leo noticias todas son verdad
entre las hojas, desaparezco
miedo irreal

NOTA: Autocontrol (es un tema que fue compuesto hace casi 15 años), pero llama «podesorasamente» la atención que la letra esté tan de actualidad. Nunca fue publicado, al igual que la novela del tal Thomas Crawler. También yo considero que nos salvará la Belleza, creo también en la Ciencia, quiero seguir creyendo en el AMOR y en la buena voluntad de las personas, pero sobre todo creo en la FICCIÓN pues de lo único que estoy seguro en esta vida es de la existencia del Unicornio.

Foto de javier gonzalez en Pexels