En este país, ahora mismo, sólo los futbolistas y los políticos pueden darse abrazos; tienen además motivos para hacerlo, pues la lucha por sobrevivir día a día no va con ninguno de ellos.
Unos pueden seguir inaugurando, preocupados por ganar elecciones, en lugar de estar ocupados por echar el resto en cuestiones de salud; otros miran de soslayo las escandalosas cantidades económicas, emonumentos que salvarían casi, la economía de pequeños países, de algunas comunidades y de muchas personas.
La sensación lastrada que deja todo esto, es que se ha convertido en un «sálvese quién pueda«, a la ineptitud de la clase política, por la izquierda y por la derecha, hay que sumar una economía deprimida a la que le puede el ansia de no querer romperlo; y así les diría que la ansiedad se apodera de todos, con las farmacéuticas frotándose los bolsillos (nunca mejor dicho) y con el añadido de ansiolíticos a la lista de la compra de cualquier hijo de vecino. Y de esta forma no sólo hay quien compra en el supermercado, sino que la salida timorata, diaria, viene acompañada de la consecuente visita farmacéutica.
El estado de nervios entre familiares y amigos es total, como si quisieran destruir todo aquello por lo que hemos luchado durante mucho tiempo, y no me refiero a cosas tan «profundas» como la democracia, sino a los cambios que suponen el finiquito de una forma de vida que queda tan lejos como la tangente de un ángulo.
Y no tengo dudas, queridos amigos y amigas, de que se trata de una lucha entre el bien y el mal, entre aquello que nos conviene como humanos y la necesidad de dominar el mundo, de arrodillarnos en colas de paro, de sumisión, de silencio, de acallar bocas para llenarlas de unos y ceros, de crear «idiotas morales, imbéciles cabales, histeria».
Y mientras el mundo se divide entre personajes de izquierdas y de derechas, la calle más ancha se va vaciando, la que amontona los miles de besos perdidos, la de las amargas despedidas, la de los que no están o quedan por irse.
Personalmente lucho cada día por que no se caiga todo aquello por lo que llevamos años peleando, pero te das cuenta que eso no importa a nadie, pues cuando se trata de una guerra no hay descanso para los débiles. Y un hombre vulgar como yo, permanece y permanecerá ausente en todas las batallas, pues pasará inadvertido.
HISTERIA
Desconfia de los hombres con barba y sin barba
desconfía de los músicos, filósofos, y ascetas
la politica es puro maquillaje
el futuro es la máquina de Turing
idiotas morales, imbéciles cabales
histeria, histeria, histeria
creo en la robótica, creo en el silicio
morfema, lexema, fonema, teorema
Ama la vida como a ti mismo
descubre la hoguera de las vanidades
mi ego, tu ego, egocentrismo
soy un replicante empático
soy cazador
no hay banderas no
no hay pop hay, no hay rock, no hay crisis
hay computación
inteligencia artificial
soy un algoritmo
soy un blade runner
soy pura matemática
soy dominador soy el que reparte
idiotas morales imbéciles cabales
histeria, histeria, histeria
creo en la robótica, creo en el silicio
morfema, lexema, fonema, histeria
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