Olive Kitteridge. Nunca hablo de series, uno de mis temas recurrentes es la soledad común, pero hoy no me apetece desmembrar el mundo con aserciones filosóficas. Voy a limitarme a observar lo que me rodea con asombro, y perplejidad. No desde la extrañeza y desde la duda del que todo lo denigra y parece desconcertar al filósofo, por pura inacción, por pura parálisis, sino más bien desde la decisión y la firmeza de aquellos que se muestran como son, los que saben que un punto puede trasformarse en una línea por la velocidad.
A veces hay tanta música en el arte audiovisual que me desconcierta, y otras hay tanta metafísica en una simple canción que lo que aparentemente es una vida demasiado anónima transforma todo lo que toca. De ahí la referencia hoy a estos traficantes de sueños. Como en Olive Kitteridge hay inteligencia y mucha, cuando se provoca la emoción, cuando se evoca la soledad común, probablemente la más buscada de las formas de incomunicación del ‘hombre’ contemporáneo, y si no, de usted una vuelta por las redes sociales.
No voy a comentar nada, dejemos que surja la paráfrasis por ebullición: cuídense de los que sólo ven desorden en el ruido, y paz en el silencio. Como al personaje de la serie, este mundo me desconcierta pero quiero seguir viviendo.
[vimeo 533980575 w=640 h=360]
01 beyond redemption from nu frame on Vimeo.