De la ‘pachanga’ al paroxismo: los ‘manteros’ de la música en vivo

El primer shock: cuando salí en modo ‘cateto a babor’

Más o menos sobre 2009 me planteé una vuelta a los escenarios. Me pareció correcto ir a ver un par de conciertos para comprobar lo que se estaba cocinando. Por aquél entonces actuaban dos grupos (si no recuerdo mal) en la Sala París 15. La banda de música original estaba acompañaba por otra de versiones Mr. Proper, a modo de telonero.

Y quedé impactado, miraba a todo el mundo buscando ‘la Chivi’ de Paco Martínez Soria (Véase ‘Abuelo Made in Spain‘). Todo el público cantaba todas y cada una de las canciones cual himnos, se sabían de memoria las letras y bailaban como posesos. El grupo además me pareció buenísimo y aquello sonaba cañón. Tal es así que no recuerdo la otra banda que actuó, y me pareció todo tan tremendo que estuve un tiempo pensando si debía o no volver al Rock and Roll pues aquello no se parecía en nada a otras cosas que yo había vivido. Al grupo de música original, le hicieron poco caso.

Veo visiones: ‘Abuelo Made in Spain‘.

Y es que hubo un tiempo, en el que tener a un ‘barbas’ en el grupo (genial aporte del no menos formidable músico José Ojeda) y tocar en bandas de versiones, representaban una cuestión de decadencia y daban muy mala imagen (y no digo que esté de acuerdo, hablo de los 80, que teníamos mucha tontería). Fue entonces, tras ese concierto, cuando me di cuenta de que el mundo había cambiado, recibí la misma torta que el nieto de Paco Martínez Soria en ‘Abuelo Made in Spain‘ cuando el joven le ofrece un ‘cigarrillo de aceite’. Resultó ser que lo que toda la vida se había llamado ‘Huevos con Magra’, ahora se llamaba ‘Huevos con Bacon’: una versión mejorada de una misma realidad.

La entrevista a Ferry.

Por aquél entonces trabajaba, bajo el seudónimo de ‘Meet a True’, para una conocida revista musical de cuyo nombre no quiero acordarme. Me tocó realizar una entrevista al grandísimo B. Ferry. A tal efecto quedamos en el Hotel Ritz de Madrid. Cuando apareció por el Hall, traje en blanco , deslumbrando personalidad, humeante, gafas y porte aristocrático, me pareció una escena de teatro de Polichinella (en la que por supuesto yo era el Comediante). Yo venía de un mundo de máscaras y ese hombre representaba todo aquello que quería ser en la vida.
Y entonces, casi sin decir nada, me dejó sin fuerzas: «Me han dicho que es usted músico, ¿qué es lo que toca? «<<Estoy pensando montar una banda de versiones>>a lo que respondió: <<!Ah bien!, pertenece a usted al sagrado sector de los ‘manteros’ de la música en vivo>>. Y permanecí un rato completa y absolutamente desarmado. Pero me quedé con el parche.

El precio de la libertad. Erich Fromm

El ser humano tiene una memoria muy frágil, pocos se acuerdan de que nuestros padres y abuelos han vivido situaciones vitales sumamente complicadas; algunos han pasado hambre, han perdido a familiares porque la cobertura sanitaria era muy escasa, han vivido una guerra… Nuestra generación está compuesta por gente de diversa índole que tiene en común el hecho en sí de ser tremendamente privilegiados. Eso sí, como dijo el sabio, la vida no es igual para todos.

Me gusta ser un defensor a ultranza de la música, en sus múltiples versiones, adalid cual Quijote, soñador y empedernido devorador de discos. Nada de ello implica necesariamente que tenga que someterme a situaciones injustas, a vivir penurias y a poner mis propios objetivos e intereses por encima de todo y de todos, soslayando a los que me rodean. No deseo vivir por encima de mis posibilidades, ni ajeno a responsabilidad alguna, definitivamente, no soy el centro del mundo.

Si usted decide vivir de la música, de la forma que sea, ni tiene derecho a quejarse, ni tampoco a alardear de ello, porque en ese caso está faltando al respeto a los que como mi padre, se han estado levantando toda su vida las 6 de la mañana para ir a currar (muchas veces en jornadas de 12 horas), y claro, son más de 45 años cotizados. Ponga usted sus derechos y argumentos encima de la mesa, por ejemplo, solicitando una Ley de la Música.

Si por el contrario usted es de los que ha buscado una forma de enfocar su creatividad, encontrando acomodo en alguna empresa, trabajando de la forma que sea para poder perseguir un sueño que muchas veces queda entre cuatro paredes. Si este es su caso, no tiene tampoco derecho a quejarse ni a manifestarse con orgullo. Porque hay gente que se está dejando la vida, pues lo que para unos es una simple ensoñación, o entretenimiento, para otros es un modo de vida.

En ambos casos se trata de una elección, y la libertad en esta vida tiene un precio, ni más ni menos, son la consecuencia de las decisiones que tomamos, las nuestras, no las de otros. Ni podemos ni debemos hacer responsables a los demás ni a las circunstancias, de nuestros éxitos y fracasos. Aléjese pues del miedo a la libertad y asuma sus costes con responsabilidad. Erich Fromm habla de la felicidad como ‘llegar a ser lo que somos en potencia’, habla de que ‘la tarea que debemos imponernos no es sentirnos seguros sino ser capaces de tolerar la inseguridad’, la libertad, en este sentido, no significa ‘licencia’.

‘La ciudad no es para míresultó ser para algunos, una comedia ‘insultante’, cuando se proyectó por primera vez se generó una gran polémica. Este texto, amado lector, es también pura comedia (como lo opuesto a la tragedia, de la queja), pero puede ser malentendido. Declaro que amo profundamente la música, que cada vez que veo que alguien va a tocar en directo (versiones, canciones originales, incluso géneros de los que no me gusta hablar) soy un torbellino de agradecimiento y solidaridad. A mí me importa la música, y me importan los músicos y me da igual la forma en la que usted desarrolle su capacidad, su instinto, su necesidad. Por favor toquen, toquen versiones, toquen Flamenco, Blues o Heavy Metal. Yo quiero ser ‘pachangero’, quiero ser ‘mantero’, quiero ser cualquier cosa con tal de tenerla cerca. Soy como ‘El Fumi, que no digo que me lo mejores pero al menos iguálamelo’. Eso sí, que Dios nos libre del paroxismo y de sus advenedizos.