16-37-55

Hace unos días me di cuenta de que, desde el punto de vista musical algo he madurado. Puedo escuchar entera, una canción de Héroes del Silencio y puedo aguantar sin irme, ver a un grupo de un amigo muy querido, tocando las primeras notas de «no puedo vivir sin ti… no hay manera», y todo eso sin largarme inmediatamente.

Dar carpetazo a determinadas emociones resultad difícil hoy, 16 de Abril, son tantas las que se acumulan. Es una fecha muy especial, por muchas razones demasiado personales para desenmascararlas aquí, por eso y porque el silencio autoimpuesto es la mejor arma contra la hipocresía y la fascinación de las aves nocturnas, el culamen y la calcomanía redundante.

Si hablamos de música en directo, cualquiera que se sube a un escenario me parece que representa una forma de dignidad, que no procede que ni yo ni nadie establezcamos ninguna crítica ni ética ni estética, y aún así el hecho propio incide en mi determinación de permanecer agazapado tras el chopo hueco esperando nada, ni mejores tiempos; una suerte de onanismo musical tremendamente «disfrutón» y nada pasajero. Haga usted lo que le de la gana, desde luego no necesita mi aprobación.

16 es uno de mis números favoritos, y lo que sucede cuando baja el telón es lo propio de la determinación de alguien que no huye ni se esconde, permanece agradecido de estar con lo que más quiere. 37 se diría que no hay mañana, sobre la bóveda acontecen círculos alados de ángeles que me empujan a estar contigo para siempre. 55 tiene mala rima y la corrección política me impide, una vez, más, mandar a más de uno por el ídem.

Me lo pasen bien, gracias y hasta la próxima.