Quería unirme hoy, al sentimiento generalizado de tristeza, por el fallecimiento de un compañero guitarrista, al que no voy a nombrar por respeto hacia él y hacia sus familiares e íntimos.
Aún recuerdo las últimas veces que nos vimos, tus formas amables, tu predisposición a colaborar, y tus sabias consideraciones sobre la guitarra, los amplificadores y el «cacharreo» general, temas y asuntos sobre los que amamos la guitarra, podemos establecer conversaciones interminables.
En un día muy triste, para la parroquia de músicos en Málaga, siento mucho no estar mejor inspirado, quisiera ser breve, y no andarme por las ramas; como me faltan palabras sólo puedo tenerte en mi memoria, y dedicarte esta canción, una de mis favoritas de todos los tiempos. Descansa en Paz.