En España se nos ha dado bastante mal mezclar el humor con la música, casi siempre, cuando esto sucede la resultante es un producto nefasto, la mayor parte de las veces carente de inteligencia y sobre todo seducido por la constante ausencia de calidad: son tantos los nombres que no merece la pena ni nombrarlos. Reconozco no obstante que me he reído, como muchos, con canciones zangolotinas, y poses «meritocráticas» de bandas absolutamente ridículas, algunas de las cuales siguen de gira para los nostálgicos de la «tajá».
El humor también puede ser otra cosa que requiera cierta agudeza, complicidad de conocimientos. Por eso descubrir a estos Chris Grey & The BlueSpand haciendo esta delicia de Blues/Soul, con este sentido del humor religioso al estilo Kierkegaard (para el filósofo danés el individuo religioso es el que es capaz de descubrir lo cómico), me resulta altamente gratificante.
Aquí, en este bendito país, lo que se nos da mejor es la pose, puedes ver a tipos que parecen Stevie Ray Vaughan que tocan una mierda, paseando instrumentos de marca. También hay productos musicales «serios» que provocan la risa, u otros que reducen su pasividad a un mero arte escénico: estética.
Chris Grey & The BlueSpand , según gusto, con el equipamiento justo, mucha normalidad y criterio, rezuman clase de una naturaleza que es la que debe imponerse en la música: la cultura. Y es por eso también, conviene recordarlo ahora que ha fallecido Iñaki Fernández, que la provocación también puede ser una forma de arte, cuando va unida al talento, pues cuando se presenta sola, como suele acontecer en estos tiempos, tiene un único nombre: vulgaridad.
En lo musical busco menos pose y más música. Estoy en esta etapa de la vida, no debe importarle a nadie, en la que valoro más que nada, la calidad de la música (que no tiene que ser compleja) y la intencionalidad del mensaje (que no tiene que ser culto). Un fase «trifásica» en la que sigue siendo mejor permanecer ausente pero trabajando (que no callado), para huir de la mascarada.
