El arte de pedalear

Hay quien piensa, y es perfectamente válido, que algunos dedicamos demasiado tiempo a los pedales y poco a tocar. En mi caso particular disfruto mucho, muchísimo, tocando y pedaleando, y muchas veces soy de la opinión de que algunos puretas/puristas no saben lo que se pierden. Pero lo que es bueno para uno, no lo es para otros, la vida misma… Así que todas las opciones son respetables.

Una compañía que lleva tiempo llamando mi atención es Chase Bliss. No es únicamente que guarda una cierta estética con la que me siento identificado, es que sus productos no son lo que parecen. Además de una destacable imagen sus cacharros pueden presumir de versátiles, algo que a día de hoy es lo único que pido un pedal. Puede usted gastarse 300 pavos en una distorsión, y está muy bien si se lo puede permitir, pero en mi caso soy adorador de pedales que hacen muchas cosas y es lo que obtienes con Chase Bliss que fabrica artefactos para muchos modos, que hacen todo menos lo que se espera (es un decir).

Y no me pagan por decirlo, ni tengo (por desgracia) ninguno de sus pedales. Pero si un día la riqueza no tapona mis oídos y quiero gastarme 500 pavos en un<<pedalico>>, además de Eventide, ellos están entre los primeros en la lista.

Yo esta historia de Clean podría verla mil veces, tomando «cerveza verde» y escuchando a David Bowie Let’s Dance toda la tarde…