De verdad que hay un forma de sutileza a veces en la música, que rememora a todo y a todos, a cada uno del mejor tiempo, que trasciende completa e inmediatamente, que nos iguala con una frágil sensatez.
¿Qué hace que uno vuelva a creer en la música cada día? La integridad, el dejar de permanecer intactos, sentirnos débiles y transparentes ante melodías y tonos.
Delante, el infinito de la soledad de unas notas que son de unos pocos para muchos. Con ustedes City and Color.